jueves, 22 de junio de 2017

El animal que se convirtió en dios

¿Alguna vez os habéis preguntado por qué los bebés humanos son desvalidos y dependen durante años para su supervivencia de sus padres mientras que por ejemplo un gatito a las pocas semanas se separa de la madre para ir a buscar comida por su cuenta? La respuesta está en la evolución.

Adaptarse a la posición erguida para liberar las manos y tener una visión más amplia fue todo un reto y el ser humano pagó con dolores de espalda y tortícolis, aunque fue peor para las mujeres: una andadura erecta requería caderas más estrechas, lo que redujo el canal del parto. La muerte en el momento de dar a luz se convirtió en un riesgo importante para las hembras humanas. A las mujeres que parían antes, cuando el cerebro y la cabeza del niño eran todavía relativamente pequeños y flexibles, les fue mejor y vivieron para tener más hijos. De manera que la selección natural favoreció los nacimientos más tempranos.

Es por ello que en comparación con otros animales, los humanos nacemos prematuramente, cuando muchos de nuestros sistemas vitales están todavía poco desarrollados.

Esta es una de las muchas anécdotas que relata Yuval Noah Harari en su historia del Homos sapiens, el animal que se convirtió en un dios.


viernes, 2 de junio de 2017

¿Cuánta tierra necesita un hombre?

James Joyce dijo de esta maravillosa parábola sobre la ambición que es “el mejor cuento que se ha escrito nunca”.

Escrito en 1886 y probablemente en respuesta a las preguntas del propio Tolstói (recordemos que al final de su vida intentó renunciar a todo cuanto tenía en favor de los pobres, a lo que se opuso su esposa) cuenta la historia de Pajom, un campesino que no se conforma con nada y al que no satisface ninguna extensión de tierra: cuanto más tiene, más quiere.

Pajom se inventa mil y una excusas para convencerse de que es infeliz. Por eso cuando le cuentan que los habitantes de una lejana región de la estepa rusa ofrecen tanta tierra como uno pueda recorrer en un día, no lo duda, vende todo lo que tiene y se dirige al hogar de los bashkirios para intentar abarcar la mayor cantidad posible. Pero la posesión no le hace feliz, al contrario, se lo quita todo…

72 páginas que se leen en menos de una hora y que dan qué pensar el resto de tu vida:
“Dos metros de tierra, de la cabeza a los pies, es toda la tierra que necesita un hombre”